El miércoles 4 de diciembre, Cuba sufrió otro corte de energía masivo, el último de una serie de interrupciones catastróficas de la red que han afectado a la isla en los últimos años. Aunque las autoridades informaron esfuerzos de recuperación rápida, completados después de la medianoche del 5 de diciembre, el incidente destacó aún más la creciente presión sobre el frágil sistema de energía de la isla.
Cuba ha experimentado más de 20 cortes de energía importantes desde 2020, y ha reportado al menos seis cortes de energía nacionales solo en 2024, incluido un accidente continuo de la red en octubre y una severa interrupción causada por el huracán Rafael en noviembre. Las interrupciones masivas de energía debido a las interrupciones del suministro de combustible, la infraestructura de envejecimiento y las sanciones de los Estados Unidos se han convertido en un símbolo de las dificultades más amplias que enfrenta Cuba en la modernización de su sistema de energía y satisfacer las necesidades de las personas.
El último desastre comenzó a las 2:08 a.m. del miércoles 4 de diciembre, cuando la planta de energía térmica Antonio Guteras de 330 megavatios en Matanza desconectada del sistema de energía nacional debido a una falla del sistema de automatización. Se siguió un trabajo de recuperación rápido y complejo.