El 17 de marzo de 2025, el gobierno mexicano promulgó oficialmente la enmienda constitucional a través de un comunicado oficial, que claramente prohibió el cultivo de maíz genéticamente modificado en China.
El presidente Sheinbaum presentó la prohibición al Congreso Mexicano en enero de 2025, proponiendo agregar las disposiciones constitucionales a la Constitución que el Estado debería promover semillas sin maíz genéticamente modificado y sus cláusulas de cultivo. Después de la deliberación legislativa, la Cámara de los Comunes aprobó el proyecto de ley el 27 de febrero.
La prohibición tiene como objetivo proteger la diversidad genética del maíz mexicano nativo y evitar el impacto potencial de los cultivos genéticamente modificados en la agricultura tradicional y el medio ambiente ecológico. A diferencia de la prohibición de importar maíz genéticamente modificado emitido en 2023, esta revisión constitucional no implica restricciones de importación. La enmienda constitucional actual se centra en el cultivo nacional, y la política de importación se ha ajustado para permitir el maíz genéticamente modificado para fines de alimentación e industriales, pero tiene prohibido ser utilizado en la producción de alimentos.
México ha sido cauteloso durante mucho tiempo sobre los cultivos genéticamente modificados. La revisión constitucional fortaleció aún más la política local de protección agrícola y reflejó la importancia de la bioseguridad y la soberanía alimentaria.
México ha desencadenado una disputa comercial estadounidense-México sobre la prohibición de importación de maíz GM 2023 (uso restringido de comestibles) y revocado los términos relevantes el 5 de febrero de 2025 para cumplir con el fallo de la USMCA. Sin embargo, la prohibición aún no ha activado disputas comerciales directas porque no restringe las importaciones.